21 de julio de 2022
Alejandro Venegas
Experto en Mecánica
Pares&Alvarez
Muchas veces en reuniones con nuestros clientes de los mineros escuchamos frases como: “el chute se atolla (atasca)”, “la correa se desalinea a la salida del chute”, o “tenemos que realizar cambio de los revestimientos del chute una vez por semana”. Pero ¿qué son los chutes? y ¿por qué son relevantes para la producción de minerales? Los chutes se utilizan para transportar material de un paso del proceso a otro en las operaciones mineras. Entonces, todas estas fallas relacionadas con el chute provocan bajas en la disponibilidad de las plantas mineras y, por lo tanto, pérdidas económicas por mermas en la producción de mineral.
Ahora bien, existe una herramienta, la modelación numérica mediante el Método de los Elementos Discretos (DEM), que muestra la interacción entre partículas bajo ciertas condiciones de borde que predice el comportamiento de materiales a granel y permite visualizar y entender la dinámica de los flujos de material y, en particular, lograr la optimización del diseño de traspasos entre correas transportadoras.
Sin embargo, para lograr el éxito en los diseños de traspasos, resulta relevante disponer de información fidedigna como la caracterización de los materiales, condiciones aguas arriba y abajo, así como la velocidad de las correas, flujos y geometrías completas de los traspasos.
Algunos se podrán preguntar: ¿Cuáles son los beneficios de realizar este tipo de modelaciones?, como ya se insinuó al comienzo, existen una serie de problemas en los traspasos que se pueden solucionar o mitigar, tanto en proyectos greenfield como brownfield.
Los principales desafíos de este tipo de modelaciones consisten en asegurar la flujobilidad del material y reducir el desgaste de los elementos en contacto con el material. Sin embargo, tampoco se pueden perder de vista otros aspectos relevantes como: impactos en la cinta, centrado y velocidad de la descarga.
Gracias a la incorporación de estas metodologías en los proyectos, es que finalmente se logran evitar los atollos o atascos, prolongar la vida útil de cintas y evitar derrames. Finalmente todas estas mejoras se traducen en un aumento de la disponibilidad de los equipos de traspaso y por lo tanto un aumento en la producción.
