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3 de diciembre de 2021

150 países en el mundo utilizan la desalinización para enfrentar la crisis hídrica de sus regiones. El uso principal de esta tecnología es producir agua para el consumo humano (62,3%), mientras que los otros usos son a nivel industrial (30,2%), energético (4,8%) o riego (1,8%).

El proceso de desalinización es una tecnología aplicada en diversos países del mundo para resolver el problema de escasez de agua dulce, pero ¿cómo funciona esta tecnología?

La conversión de agua salada a agua potable comienza con la captación de agua de mar, a través de una torre submarina que no interfiere con la navegación en el océano.

Esa agua pasa a la etapa de pre-tratamiento que consiste en una filtración por rejillas que retienen los elementos sólidos grandes, y luego a una filtración de arena, que permite tener el agua salada cristalina necesaria para el próximo proceso.

Esto da paso a la osmosis inversa en la que se logra la separación entre agua casi exenta de sales, y agua salada concentrada o también llamada salmuera.

Esta salmuera es devuelta al mar a través de un emisario submarino, con difusores en su extremo que permiten una rápida homogeneización con el agua de mar circundante. Mientras que el agua desalinizada es sometida a un proceso de recalcificación para devolverle cierto grado de dureza. Si el destino del agua es el consumo humano, se le agrega cloro según la normativa vigente.

Es así como tenemos una solución factible, confiable y amigable con el ambiente, para mitigar la creciente crisis hídrica.