Resultados (0)

11 de noviembre de 2021

Hace unos días finalizó la COP26 en Glasgow, en donde la declaración final de los casi 200 países incluyó, por primera vez, una referencia al papel de los combustibles fósiles en la crisis climática, incluso después de una objeción de última hora de India que diluyó el lenguaje en torno a la reducción del uso de carbón.
Asimismo, el primer informe de evaluación del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), adoptado por 195 países y publicado en agosto, afirma que el calentamiento global es peor y más rápido de lo temido, ya que estima que alrededor de 2030, diez años antes de lo estimado en 2018, se puede alcanzar el umbral de +1,5 °C, con riesgos de desastres «sin precedentes» para la humanidad, ya sacudida por períodos muy calurosos e inundaciones.

El planeta ya ha alcanzado los +1,1 °C y empieza a constatar sus consecuencias: fuegos que arrasan el oeste de Estados Unidos, Grecia o Turquía, diluvios que inundan Alemania o China, termómetros que rozan los 50 °C en Canadá.

Los científicos encontraron que, incluso limitando el calentamiento global a 1,5 °C, los peligros aumentan considerablemente. Casi 1.000 millones de personas en todo el mundo podrían sufrir olas de calor más frecuentes que pondrían en peligro su vida. Cientos de millones más tendrían que luchar por el agua debido a las graves sequías.

La escasez de agua dulce es una consecuencia de la grave crisis climática que el mundo está viviendo actualmente, por eso es imperioso hacerse cargo de esta crisis mundial que afecta a toda la humanidad.

Pares&Alvarez es conscientes de esta problemática, por lo que la compañía ha querido asumir el desafío de formar parte de las soluciones y propuestas para enfrentar lo que es un escenario catastrófico en Chile: la escasez hídrica.

En Chile el camino de la descarbonización ya comenzó, así como el desarrollo de proyectos en energías renovable, pero también estamos viendo los efectos de más de 10 años de sequía. Entonces, se hace aún más necesario que las autoridades, locales y mundiales impulse políticas claras y contundentes que promuevan las trasformaciones necesarias para detener la generación de gases invernadero en el menor plazo posible y soluciones que aseguren el acceso a agua a la población y así darle una nueva oportunidad a la Tierra.