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Luis Núñez
Desarrollador de Software
Gerencia de TI

4 de enero de 2022

Si bien la pandemia nos ha limitado en muchos aspectos durante estos 20 meses, también es cierto que abrió puertas que, por lo menos, en América Latina estaban más bien cerradas. Me refiero al teletrabajo, práctica que tuvimos que implementar a la fuerza a principios de 2020, pero que hoy me permite trabajar desde mi casa, en Arequipa, para una empresa chilena con sedes en Santiago, Concepción y Calama.

No cabe duda de que el Covid-19 aceleró una revolución en el área de la tecnología de la información y que nos enfrentamos a cambios fundamentales en nuestra manera de vivir. Soy desarrollador de software en trabajo remoto desde Arequipa, Perú y estoy a punto de cumplir un año trabajando en Pares&Alvarez, empresa de ingeniería que me ofreció la oportunidad, herramientas y capacitaciones necesarias para desarrollar mi trabajo desde la distancia.

Recuerdo mi primer día de trabajo, el equipo de desarrollo de software me hizo sentir parte del grupo y con el trascurso de los meses, confirmé que los más de 2.000 kilómetros de distancia que existen entre Arequipa y Santiago no son una barrera para el cumplimiento de las metas del equipo. Es fundamental precisar que esto es factible gracias al compromiso de cada integrante de Pares&Alvarez en hacer realidad y eficaz el trabajo remoto.

Dentro de las muchas ventajas que proporciona el trabajo remoto, considero que una de las más importante es el uso de canales de comunicación a través de herramientas digitales, con las que se pueden crear grupos de chat por equipos, ceder el control de nuestros ordenadores y compartir información, haciendo que la distancia que tenemos no sea significativa, llevando el trabajo colaborativo a otro nivel.

La diferencia horaria entre Perú y Chile podría ser una desventaja para el trabajo remoto, dependiendo de la estación esta varía de una a dos horas. Si bien, esto provoca que no haya sincronización con todos los colegas, esta dificultad se supera programando las reuniones a una hora en que todos coincidamos o, como lo hacemos en el área, para asegurar el buen rendimiento del equipo, elegí comenzar mi jornada laboral más temprano, lo que significa terminar antes mi trabajo diario.

Otra desventaja que enfrentamos todos quienes teletrabajamos, son las distracciones propias de la casa, pero con compromiso y rigurosidad, es posible mantener el foco y así lograr los objetivos trazados.

Finalmente, nadie sabe lo que nos deparará el futuro, a fines de 2019 nunca nos imaginamos que el mundo experimentaría una pandemia por más de 20 meses, solo podemos administrar las certezas del presente, y para el teletrabajo esto es ser responsable, eficaz y utilizar todas las herramientas disponibles para lograr las metas definidas en los equipos y adaptarse para enfrentar los desafíos tecnológicos.