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Jorge Saffie
Gerente de Proyectos
Pares&Alvarez

11 de mayo de 2021

Cada año, el Foro Económico Mundial, realiza la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS, por sus siglas en inglés), en la que, a través de 841 respuestas entregadas por empresarios, gobiernos, sociedad civil y líderes de opinión con diferentes niveles de experiencia y distribución geográfica, se determinan los principales riesgos que enfrentará mundo en temas económicos, geopolíticos y tecnológicos, entre otros.

Entonces, ¿cuáles son los riesgos más importantes para el 2021, según el Informe de Riesgos Globales? El riesgo y la incertidumbre están instalados en nuestro diario vivir, después de los eventos del 2020, por lo tanto, no es sorprendente que el nivel y la diversidad de riesgos que enfrentamos actualmente se hayan vuelto más preocupantes que nunca.

El Informe muestra que en el corto plazo (2-5 años), las amenazas más inminentes están asociadas a las secuelas de la Pandemia e incluyen, entre otros, crisis de empleabilidad, bajos salarios, reducción en la calidad de vida, desilusión juvenil, estancamiento económico, erosión de la cohesión social, inmigración descontrolada y conflictos geopolíticos. En el mediano plazo, (entre 5-10 años), los eventos que destaca el estudio, por su alta probabilidad, son el cambio climático, la concentración del poder digital, la desigualdad social, la ciberseguridad y el daño ambiental causado por el hombre.

Por otro lado, entre los riesgos de mayor impacto se destacan, en primer lugar, las enfermedades infecciosas, seguido por el fracaso en la lucha contra el cambio climático y otros riesgos ambientales, así como también el uso armas destrucción masiva, crisis en suministros básicos, crisis de la deuda y daños de la infraestructura de TI.

1. Fragilidad económica y división social
Parte importante de los encuestados, señalan que los impactos del COVID-19 continuarán y podrían tener consecuencias devastadoras. Por ejemplo, solamente durante el segundo trimestre de 2020 se estima que, en términos de horas de trabajo equivalentes, se perdieron cerca de 500 millones de puestos de trabajo, lo que significará un aumento de la desigualdad en la salud, educación, tecnología, y recursos financieros, impactado desproporcionadamente a ciertos grupos sociales e incluso a países enteros.

No es casualidad, por tanto, que casi el 60% de los que respondieron al GRPS identificaron a las enfermedades infecciosas y las pérdidas de vidas asociadas a éstas, y la crisis de los medios de subsistencia, como las principales amenazas al mundo para los próximos años, ya que podrían influenciar en el desgaste de la cohesión social.

3. Brechas digitales y adopción de nuevas tecnologías
El COVID-19 ha acelerado la “Cuarta Revolución Industrial”, ampliando la digitalización del ser humano, el comercio electrónico, la educación en línea y el teletrabajo. Es altamente probable que estos cambios transformarán a la sociedad, incluso mucho después de terminada la pandemia, ya que prometen enormes beneficios. Sin embargo, el estudio revela que también se corre el riesgo de exacerbar las desigualdades y socavar las perspectivas de una recuperación inclusiva, sino ponemos atención a la creciente dependencia digital, la rápida automatización, la supresión y manipulación de información, las lagunas en las regulaciones tecnológicas y las brechas relacionadas con las habilidades y capacidades en el uso de las tecnologías.

4. Una generación doblemente afectada
Mientras que el salto digital abre oportunidades para algunos jóvenes, muchos de ellos están ingresando a la fuerza laboral en una “Era de hielo del empleo”. Es decir, este grupo, además de enfrentar posibles consecuencias en su salud mental, estará expuestos a las consecuencias de la crisis financiera, el aumento de la desigualdad, la transformación digital y otros fenómenos descritos en este artículo a una velocidad nunca vista. Según el GRPS, si esta «Desilusión Juvenil” no es atendida por la comunidad mundial, podría convertirse en una amenaza crítica para la humanidad en el corto plazo.

Los avances sociales logrados hasta la fecha podrían ser borrados, incluso de forma violenta, si esta generación carece de caminos adecuados hacia nuevas oportunidades y pierde fe en las instituciones económicas, religiosas y políticas de hoy.

5. Cambio Climático sigue siendo una amenaza
El cambio climático continúa siendo un riesgo catastrófico. La reducción de la actividad económica mundial provocó que las emisiones globales cayeran en la primera mitad de 2020. Sin embargo, la evidencia de la crisis financiera de 2008-2009, advierte que las emisiones podrían recuperarse.

Un cambio hacia economías más verdes no puede retrasarse hasta que los shocks de la pandemia desaparezcan. El «fracaso de la acción climática» es el riesgo más impactante y el segundo más probable en el largo plazo identificado en el GRPS.

6. Un panorama industrial diferente podría surgir post pandemia
La crisis ha dado un nuevo impulso hacia las agendas nacionales para contener las pérdidas económicas, impulsar la transformación y uso de la tecnología, cambios sociales y el comportamiento de los consumidores. Los riesgos comerciales que emanan de estas tendencias y que se han visto amplificadas por la crisis incluyen, entre otros, el estancamiento en las economías avanzadas, pérdida de potencial en los mercados emergentes y en desarrollo, el colapso de las pequeñas empresas y la amplificación de las brechas entre empresas de gran y pequeño tamaño.

Sin embargo, también se abren interesantes oportunidades para los gobiernos y empresas para invertir en un crecimiento inteligente, limpio e inclusivo que mejore la productividad y el desarrollo de una agenda sostenible.

Si bien es pronto para extraer lecciones definitivas, el Informe de Riesgos Globales nos otorga, por un lado, una extraordinaria posibilidad para reflexionar sobre la preparación ante amenazas globales y, por otra parte, nos ofrece oportunidades para fortalecer nuestra resiliencia personal, nacional, internacional y empresarial, si somos capaces de adoptar un cambio de mentalidad y tomar las medidas adecuadas para gestionar riesgos. Entre estas destacan:
• Formular marcos analíticos que adopten una visión holística y una visión de riesgo sistémica;
• Invertir y desarrollar capacidades profesionales en gestión de riesgos para fomentar el liderazgo nacional y la cooperación internacional;
• Mejorar los planes de respuesta, comunicación de riesgos y combatir la desinformación; y
• Explorar nuevas formas de desarrollo sostenible e inclusivo, tomando en consideración los riesgos de corto plazo, como las consecuencias de la pandemia, y también de largo plazo, como cambio climático y desilusión juvenil.

Finalmente deseo señalar y enfatizar que si las lecciones aprendidas de esta crisis sólo informan a los tomadores de decisiones sobre cómo prepararse mejor para la próxima pandemia, en lugar de mejorar los procesos de riesgo, las capacidades, la cultura y educación, el mundo volverá a planificar como salir de la crisis, en lugar de anticipar la próxima y, lamentablemente, volveremos a hablar de los mismos temas con la sensación de no haber sido lo suficientemente inteligentes para aprender del primer tropiezo.

Fuente:

http://www3.weforum.org/docs/WEF_The_Global_Risks_Report_2021.pdf